Raphael Hoetmer * Peter

Hoy se realizó la ceremonía de despedida de uno de nuestros colaboradores mas queridos, Peter Waterman. Aqui una despedida muy personal:

Por supuesto, Peter Waterman puede y debe ser apreciado por ser un intelectual original y audaz. Tenía una radicalidad de pensamiento particular y unas ganas de provocar –o de joder, en buen latinoamericano– en nombre de la justicia, la libertad y la coherencia. Su experiencia de vida con el socialismo realmente existente, y con las contradicciones de la academia, lo hicieron libertario y muy crítico de cualquier elitismo o burocratización.

Quizás algunas veces exageró en su crítica, pero tenía una gracia y estilo especial en hacerlo. Su sentido del humor, enraizado en sus identidades judías, inglesas, internacionalistas e izquierdistas (y capaz un poco en Holanda también), fue de una ironía y sarcasmo particular, capaz de interpelar y de conmover a la vez. Peter tenía una forma con las palabras que fue única.

Pero más que como “Peter, el intelectual”, lo tendré presente siempre como amigo, compañero, pareja de Gina, padrino, abuelo, anfitrión. Veo a Peter en su casa, en esta mesa grande en el centro donde nos sentábamos siempre con grupos distintos, disfrutando de los curiosos platos que preparaba con una gran capacidad culinaria. Esta mesa fue un lugar de encuentro, de diálogo y discusión, de cariño y sueños, y también de buena comida. Alrededor de la mesa, los múltiples libreros rellenos con textos sobre sus intereses. Saliendo hacía el jardín, las computadoras de él y de Gina. “Cyberia”, como lo llamaría, y donde pasaba mucho tiempo.

La primera vez que conocí a Peter, terminamos alrededor de esta mesa con unos estudiantes holandeses de la Universidad de Groningen y estudiantes del ISS de todas partes del mundo. Fue una noche muy linda y especial que, en retrospectiva, cambió mi vida. Ahí nació una amistad que terminó llevándome a Lima. A través de Peter conocí a Teivo Teivainen y Gina Vargas, y luego a todo un mundo que terminó siendo mío. En los últimos años, publicamos un libro y realizamos varios seminarios con el Programa Democracia y Transformación Global en Lima y Arequipa.

Nos seguíamos encontrando en Lima y La Haya, ya que en el ISS me embarqué en el doctorado. Peter fue un respaldo a mis aventuras académicas y un concejero mayor en distintos temas de mi vida. Con Gina hicieron una pareja de excepcional complementariedad. La Gina extrovertida y el Peter con su silenciosa lucidez. Los dos amorosos en sus formas muy particulares, con una comprensión mutua que probablemente no habían encontrado con nadie así en la vida.

Peter y Gina terminaron siendo padrinos de nuestras hijas, quienes lxs aman infinitamente, por sus historias, las cosas curiosas en sus casas, las comiditas hechas con cariño, los pequeños regalos, los animales que aparecen y muchas cosas más. Ha sido fabuloso para ellas tener un abuelo adicional de quien aprender. Ellas lo van a extrañar y recordar mucho, junto con Gina y con quienes seguiremos queriendo mucho a Peter.

 

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