Diálogos de movimientos de mujeres: Articulando la resistencia y construyendo la esperanza

Por: Mary Soto

Comunicación PDTG

Las mujeres se encuentran, dialogan, comparten y construyen juntas caminos unitarios de reflexiones y prácticas emancipadoras. Como un vital aletear de mariposas y un río que crece y riega nuevas cementeras, así se consolidan los diálogos de movimientos.

Este proceso iniciado el 20 de julio del 2009 con el I Encuentro para el Diálogo entre diversas expresiones del movimiento de mujeres ha llegado a su etapa final con el II Encuentro el 15 y 16 de mayo y ahora con el reciente Taller de Sistematización el 26 y 27 de junio del presente año.

El taller de sistematización ha permitido una mayor articulación de agendas y de procesos organizativos para fortalecer el movimiento de mujeres en la construcción de espacios emancipadores. Así también arribó a síntesis, tanto de las experiencias vividas, como de las reflexiones y propuestas generadas durante el año.

Entre las expresiones que participaron se consigna la presencia de FEMUCARINAP, CONACAMI, por el lado de los movimientos indígena y de comunidades campesinas; representando al movimiento urbano popular participó FEPOMUVES (Federación de Mujeres de Villa El Salvador); el movimiento Afro peruano estuvo representado por diferentes organizaciones como LUNDÚ, CEDEP, CEDEMUNEP y Movimiento Francisco Congo. También se contó con la participación de mujeres feministas de diversos colectivos y activistas lesbianas y trans. El proceso que duró un año estuvo co-organizado y co-facilitado por un grupo impulsor junto con el Programa Democracia y Transformación Global- PDTG.

Re-descubriendo y tejiendo juntas

La Sistematización de esta experiencia, realizada el 26 y 27 de junio, contó no sólo con la participación de representantes de diversos movimientos de mujeres a nivel nacional, sino además con el entusiasmo y la disposición para compartir reflexiones, sentimientos, sensaciones y experiencias de vida y de luchas. En ese contexto se efectuaron diversos hallazgos del propio proceso dialogante como de las prácticas y propuestas para fortalecer el movimiento de mujeres.

“Hay que tener en cuenta la historia de las luchas de las mujeres y pugnar por un Estado Plurinacional que rompa con el mecanismo tramposo del Estado Nación, de una cultura entendida a partir del poder de la unicidad”, fue una voz relevante en las conclusiones del proceso de diálogos. Así como recuperar la memoria de las luchas de nuestrs@s ancestr@s de las diferentes culturas, para volcarlas a nuestras miradas y luchas actuales que aportan a repensar nuestro “ser mujeres”, es decir ¿cómo pensarnos como mujeres desde nuestras propias culturas?

Reflexionar la cuestión de clase, género, etnia y sexo como la trenza de la opresión. Entenderla transversalmente en la lucha de los pueblos y de las mujeres, es una tarea que se considera urgente y permanente.

Otro tema abierto es establecer la relación entre el paradigma de la democracia radical y el buen vivir. En esta discusión la categoría “Género” se planteó como una palabra que quedó limitada para abordar toda la complejidad de la situación y las luchas actuales de las mujeres.

Se constató que las relaciones de poder en las organizaciones mixtas frenan el avance de las mujeres y que en éstas no se recoge sus luchas específicas ni se les permite desarrollarse políticamente. No obstante hay luchas prioritarias que enfrentan en los espacios mixtos como las afrodescendientes, lesbianas y trans contra la discriminación, las andinas por tierra-territorio y por la consulta, desarrollando nuevos discursos y renovando sentimientos frente al poder y a la ausencia de políticas al respecto.

En estos diálogos se reconoce el deseo de escucharse, respetarse, conocerse y aceptarse como mujeres y expresiones diversas del movimiento. Un hallazgo relevante fue constatar que siendo todas mujeres hay mucha diversidad y diferentes identidades que perviven de forma colectiva y personal en las mujeres por ello la necesidad de encontrarse a menudo y articularse.

Fue una vivencia muy emotiva. Uno de los hechos que ha impactado a las participantes es que la experiencia partió desde sus propias vidas, cómo vivían las discriminaciones y cómo luchan para enfrentarlas. Se incorporó la dimensión subjetiva, se superaron prejuicios, desconfianzas, temores y se dieron valor y esperanza.

Del dolor a la esperanza

“Estamos dejando el dolor por la esperanza”, afirmación de Carmen Sánchez que expresa a cabalidad este tránsito de la recuperación de la memoria en resistencia a lucha individual y colectiva hacia los horizontes de emancipación personal y social desde y para los movimientos sociales.

Entre las pistas para responder a estos desafíos se identifican:

– Que es importante incorporar la dimensión subjetiva, afectiva y artística del imaginario de las mujeres, para con creatividad construir salidas articuladoras e integradoras.

– Recuperar la voz y la memoria de las mujeres, por ello deben ser entendidos como parte de un proceso histórico mayor.

– Las diversas expresiones deben verse respetuosamente, reconocerse y construir con todas un diálogo intercultural.

– Integración de las diversas expresiones del movimiento con sus particularidad con responsabilidad proyectándose a armar juntas una plataforma.

– Que una metodología altamente participativa con énfasis en la subjetividad que facilita la mirada desde otra óptica, partiendo de los sentimientos y experiencias vividas, hacia las conceptualización y regresando a la práctica. Se consideró que la mujer se expresa más a partir de la subjetividad y la recuperación de los sentimientos mueve la individualidad y colectividad.

– Es importante reconocer al movimiento como algo vivo que construye estrategias nuevas acorde con los nuevos retos. Los movimientos sociales son la base de la acción política, es urgente trabajar una agenda común para desarrollarla en todos los espacios. El desafío es la articulación de los diferentes movimientos de mujeres. En ese derrotero se concluyó que se necesita conocerse y coordinar entre los diversos movimientos para construir una organización más amplia que integre a las demás organizaciones y que se constituya como una fuerza política desde mujeres.

– Finalmente, que la unidad de reflexión y acción desde la diversidad de movimientos, con una mirada intercultural, democrática y afectiva, entre las luchas de las compañeras y hermanas andinas, afro descendientes, urbanas populares, lesbianas, trans y feministas es la apuesta y el aleteo vital de estas mariposas dialogantes por la construcción de nuevos mundos posibles.

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